Rimas I

Lúgubre y tenue se pasa ya el tiempo,
Las horas de hastío transcurren tan lentas,
El sol se columbra desde el horizonte
Y yo sigo aquí soslayando sueños,
Que son en mi alma como cielos negros.
Pero sólo hay uno entre todos ellos,
Que con eternos rayos mi vida esclarece
Y calma la lluvia, más en la tormenta
Como terciopelo su calor me seca.
Más que un sueño, es un pensamiento,
Más que un pensamiento es una vida entera
Y eres tú, a quien mi vida entera diera.

Contemplo el ocaso donde fenece el día
Y occidente trae penumbra a mi vida,
Pero puedo verte en la lejanía,
Antes de que el sol culmine su partida
Y me quede a oscuras con mis letanías.

Hoy me pregunto, por qué todavía
Si tu estas aquí, de noche y de día,
Si tengo tu ocaso y es tu luz mi guía,
Si tus versos llenan mis manos vacías,
Por qué todavía, siento esta agonía,
Que se come viva toda el alma mía.
Por qué todavía es de melancolía,
Mi apático rostro y no de alegría,
Por qué si te escribo palabras bonitas,
Siento que no lleno tu esencia infinita,
Pero si la hiero con mi cobardía
Y no es lo que quiero, antes moriría
Y aun ausente, sé que no me olvidarías,
Porque tu aroma hecha flores cubriría,
El frio epitafio de mi sola vida.