Al corazón de la palabra

Dentro del poema
está tu nombre:
en él las montañas, los océanos y las estrellas
en la inmensidad de esa enunciación,
es el sonido que expresa tu cordura
y el empeño con el que escribes tu rostro
con asombro.

Poco a poco te acercas a mí
con tus versos límpidos y afilados
por el espejo de la intimidad
que abren tus palmas
devolviendo las luces que nos separan
como un instante de calma
y de sueño.

Pero tu cuerpo es tembloroso
en momentos de distancia
pues no me miras con los mismos ojos
del ruido que pronuncia tu presencia,
sino con el ardor
de una emoción que no perdura
entre un poema y otro.

Y sobre tu desfilar
yo saco mi pluma para calmar este tormento
de no recordarte sino en escritura
de no palparte sino con tinta
para que camines sobre mi palabra
que palpita sobre mí
y en la palabra que no soy.