Maldito loco

Siempre me perdía en tus ojos y tu sonrisa. Y cómo no hacerlo si eran hermosas; cómo no hacerlo si me daban paz y calma; al menos hasta tu ausencia. Y era en ese entonces cuando no soportaba tu marcha, el no verte, el no oírte reír a carcajadas con mis bobas ocurrencias. En tu ausencia, en lo oscuro, entraba en mi, un estúpido desespero.
Tal vez eran ideas mías, tal vez estoy loco de amor u como suelen decir por allí, un enfermo de mierda, pero mi amor cómo no serlo, cómo no.
Sí, me asustaba saber que otros pudieran sentir lo que yo al verte, al reír, al ver tus ojos, al oír tu voz. Oh malditos celos, es claro que no estoy cuerdo, ¿Quién en su sano juicio amaría tanto? ¿Quién en su sano juicio odiaría verte enfrentar a este mundo podrido sola? ¿Quién no se daría cuenta de lo perfecta que eres para este mundo? ¿Quién?... ¡¿Quién te obligó a que te alejaras de mí?! ¡¿por qué ya no sonerías para mí?! ¿Cuál era el afán de sonreírle a todo, menos a mí?, ¡ellos no son yo!, ¡¿acaso no lo entendiste?! ¿Por qué no lo entendiste?...
¡Sí, ¡sí!, ¡enfermo! han de decirme. Imagino esas voces, criticonas en las esquinas al leer los diarios. Ya me las imagino apartando la mirada de mi ser, más qué importa… voy camino a verte, pronto estaremos juntos y aquellos ojos y sonrisas, serán para mí en lo eterno…
Maldito loco…