Pachá

Pachá Dulce Cereza,
amor,
apaciguas mi sed
enfureces la paciencia.
Pachá
Dulce
Cereza
te siento en mi cabeza
y, como una gimnasia repetitiva,
me pierdo en ti.
Sólo a ratos te pienso
mas siempre te deseo.
Cereza
Dulce
Pachá,
¡recuerdas!,
era una tarde soleada,
brocínea acidez
que descubrí,
perfecto el escorzo
que no me dejaba razonar,
allí en tu musical mundo
me asomé, curioso,
descubriendo aquel aroma,
pétalo de jazmín,
canela índica,
conocí la muerte y la vida,
el placer y la angustia, el porqué,
y nada volvió a ser igual.
Huí, peregriné,
anhelé volver,
mas, como dijo el sabio:
"Nunca se vuelve, uno nace y muere cada día".