Poemas olvidados V y VI

V

Las puertas de la soledad
me conducen a la nada
solo a escribir palabras sin sentido

VI
Aquí no llueve igual,
no hace calor igual,
ni siquiera los lugares comunes
de las almas suenan igual.

Pecar es tan fácil cuando
existe una barrera que nos
recuerda lo que somos,
y el perdón sale de adentro como gimiendo.

Verdaderamente aquí las estrellas no se ven igual,
mucho menos las playas,
ni la absurda actitud de la gente llamada adulta.

Pero cuando se mira con los ojos del mañana,
lo único igual es la risa de los niños,
y el amor de las madres.