Eres todo lo que he soñado

Te sonrío, como si mis ojeras fueran por noches de estudio y no por tristeza.
Te hablo, como si cada vez que son las 23:23, no pidiera por un mensaje suyo.
Te espero, casi obligándome a ocupar mi tiempo, para no esperarlo a él.
Entonces pienso en cómo me pondré aquel vestido corto en nuestra cita,
si verás las marcas en mis rodillas, de las veces que me he humillado,
ahí, junto a sus pies, rogando por su atención.
Cómo voy a reír contigo, un chiquillo encantador, si por las mañanas no veo a ambos lados antes de cruzar la calle en un símbolo de auto desprecio absoluto.
No puedo, no puedo seguir.
Eres todo lo que he pedido al cielo y no sé como merecerlo.