Perturbable

poema de FlavioP

¿Cómo estar así?
¿Cómo resistir?
¿Es posible persuadir?

¿Por qué amarte a ti?
¿Por qué amarte así?
Yo solo te vi.

Culpable es el viernes y la tarde entusiasmada,
el temor y esta desconocida sensación,
prisión de implementos superfluos de cuatro estrellas conectadas,
de un segundo insolente, pillo y tentador,
de poca maldad
para un cantor roto corazón.

Más dulce que el abrazo de la noche a una alma desconsolada
son tu perfecta nariz,
conjugada con el charco de tus ojos
y el volcán de tus labios
que reinan hasta los confines más lejanos mi obsesión.

No comparto limites de amor
con la selva poblada de tus risos negros
volantes de Eolo en una misión,
perder ya no es una opción,
a mi alma secuestró
cuando en realidad se convirtió.

Más quedan visiones que registran situaciones
que no se apagan,
el tiempo no las gasta
agitan aquello que antes me calmaba
sollozan y gritan,
crean y carcomen que regeneran
que te miran y te buscan,
que te sueñan y te ofuscan.

Me conformo con migajas
migajas de séptimo mes
miradas y no palabras
rodillas para saltar, rodillas para caer
no las tengo
el abismo triunfa en cada encuentro
de desvelo sentimental.

¿acaso no te importo?
o ¿solo deslumbras en un cielo corto?
en un cielo endeble de destino agosto
en la soledad de mi nacimiento
cuando ya reinabas este mundo
y profanabas la historia
de mi permanencia a bordo.

De nuevo tú, en la algarada de mis entrañas
en la llama de mi conciencia
en un laberinto en donde la explicación se borró
en mi,
en ti, nunca existió.

Las ilusiones no me valen,
todo está caído y sin arte.

No pruebes, no hagas más
Lo entendí hace tiempo,
lo entendí con el viento,
pues cimiento de mi pensamiento eres tú
Y tu pelo, y tu cuerpo y tu voz,
todo lo que conozco
e irrumpe con violencia
al desconocer.

Suicida me conoce el sueño
cuando ha de sentir algo por el mar,
gélido,
negro
e ignorante del sol
durmiente en bosques de lobos asesinos,
en partes,
todas tristes e implacables.

Ahora grito sin voz,
miro sin ver.
Más con dolor admitiré,
loco estoy
con tu perturbable forma de ser.

Autor: Flavio Portillo