Sencillamente insoportable

poema de Fenerique

Pero, ¿de dónde vienes tú, insoportable criatura?
Sí, insoportable. La mirada verde de tus ojos
me resulta sencillamente insoportable.
Y yo no quiero mirarlos para no caer de bruces en la tentación,
arrastrarme de rodillas en ese abismo sin fondo.

Tengo miedo, sí, a qué negarlo.
Después de conocer los infiernos vivos
que yacen en las entrañas del amor, no quiero tentar mi suerte,
una vez más.
Una vez más, no lo resistiría.
Llegas, no sé de dónde y no me importa, con tus ojos de verde mirar -lo repito-, a perturbar la calma de los muertos apacibles.
A levantar las olas y agitar los mares en vertiginosas promesas de desastre.
¿Quién eres tú -¡por Dios!-, que llegas después que se han agotado las edades,
los suaves “sí, no”, la ingenua ignorancia temeraria?
Prometiendo temblores blasfemos y derrumbe de ídolos en sus pedestales,
como vestigios inservibles de una religión sin fieles.

¿Quién eres tú y porqué me haces esto?
¿Por qué quieres desnudar mi fortaleza, para dejar al pleno sol la descarnada resignación de mis debilidades.
¿Quién eres tú y porqué todo en ti es insoportable?
Tu sonrisa de doble filo cortante: inocente y taimada portadora de pecado.
Tus manos queman aun cuando no tocan.
Tus besos aniquilan la cordura aun cuando no han sido dados;
y tu cuerpo, encierra el misterio de un fuego vivo
que arde y se derrama por el verde de tus ojos.

¿Qué hago yo, Dios mío? Qué puedo hacer yo, si ya estoy acorralada, consumida.
Grito, rehúyo, esquivo;
tratando de decir una plegaria sin recordar ninguna.
Bajo tu asedio, no encuentro refugio.
¡Alguien, quien sea, que venga, que me ayude a escapar de lo que eres!
Pero es inútil, insoportablemente inútil.
Cada vuelta de la rueda me acerca más a ti;
cada paso que doy para alejarme,
me devuelve al encuentro de tus manos,
como si fueras uno y cien multiplicado,
y la redondez de esta pequeña tierra nos condenara a encontrarnos.
No me queda más que llamarte por tu nombre,
para conjurar el miedo
y que no se diga que fuiste siempre impronunciable.

¿Por qué no te vas?
¿Por qué no regresas al escondrijo de imposibles criaturas de belleza imposible del cual saliste?
Me molesta tu luz,
me molestan tus pasos decididos,
me molesta el impulso de acariciar tu pelo,
me molesta tu voz de tormenta en calma,
me molesta lo que sabes y tu franca ignorancia.
Me molesta que estés, en suma, parado frente a mí en esta tarde de octubre,
recibiendo por mí el ataque frontal de este sol de octubre,
tan solo para verme;
para decirme sin palabras: “mira, estoy aquí, sosteniendo este puñado de cariño que acabo de crear, con el poder de mis ansias”.

No, no, yo no lo puedo aceptar.
Llévate tu cariño, como un ramo de flores rechazadas,
que su perfume de corazón sincero ya me embriaga.
¿Acaso no ves que me resulta insoportable?
Insoportable, insoportable…

Comentarios & Opiniones

Artífice de Sueños MARS

Saludo. Obra interesante, muy sugerente para generar imágenes fantásticas. Poética que gusta. Gracias por compartir su atractiva obra. Hasta nuevo poema.

Critica: 
Fenerique

Joel Fortunato, siempre aleccionadores y preciadísimos sus comentarios.Reciba igualmente de mi parte respeto y amistad.

|

Critica: 
Fenerique

Artítice de Sueños, gran honor me hacen sus palabras. Las recibo con humildad y estima. Saludos.

Critica: 

Comenta & Vota