Son las cinco de la madrugada.

Son las cinco de la mañana y aún sin luz, que buena hora para pensar en ti, recordar tus besos, recordar las cimas que tantas veces recorrí; lento, con toda la calma que mis ansias me lo permitieron, con todas las prisas, con todo mi amor.
Son las cinco de la mañana y la penumbra me lleva a ti, recuerdo cada beso, el sabor de tus llanos, el calor.

Son las cinco y se fue el sueño, llegó la sonrisa.
Siento como te revuelves en la cama, a esta hora todo mundo duerme en casa, tú también duermes y me acerco a tí, besándote con la mirada, aparto un mechón de pelo que cubre tu cara y estoy feliz.
Cuando despiertes te daré la gracias.
Extracto de "Amor de un viejo"
México a 05/07/2023
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Falstaff.