el laberinto de una maldición

Desde ese punto final
supe que algo había maldito dentro de mi,
por jugar con el fuego de tu caldero
mejor me hubieras convertido en un gato negro
que en un dragón que llora oro.

mi cuello tiene mas valor
que la codicia de en ti encontrar amor
y equivocarme en los caminos de tu bosque,
la luz de mi ocultaste haciéndome un prisionero
de tus caprichos mas impredecibles que el viento ebrio.

se que reflejas lo peor de mi
pero nunca me imagine ser el destructor
de tu paz y de tu pasión con olor de otoño,
en este invierno que se volvió tus caricias
en mis escamas frías como el hierro oxidado por el pasado.

solo me queda pedirte perdón
aun que no pueda modular ni un lápiz sujetar,
estas garras están encadenadas al daño,
no puedo demostrarte nada solo fuego
que arde desde un carbón de odio que me hace funcionar a vapor.

me consumo a mi mismo
mientras me convierto en el guardián de tu laberinto,
me volví sordo por tu belleza que me dejo perplejo
haciéndome caer en el pozo de tus caprichos,
no pude escuchar a la razón ni a la verdad,
solo pude ahogarme en lo peor que hay en mi interior.

lo que mas duele es que me dejes una carta
que corta el silencio y cose mis heridas,
pero en el sentido contrario para que me duelan cada día,
no encuentro calma en tu ausencia,
solo desesperación que me invade la sangre buscando que vuelvas
para darle una nueva oportunidad a este torpe que te destruye sin darse cuenta.