Confesión

Me da miedo convertirme en poeta.
Tener que hablarle a la noche,
a la luna, al viento.
Tener que vestir de negro,
por el luto que se le lleva al tiempo.
Ocultar mi presencia de todo lo que observo.
Me aterra caminar por la calle y
llevar el alma expuesta.
Ser sensible al dolor propio y ajeno.
Cargar con pluma y papel,
como si mi vida dependiera de ello.
¿Que pasa si descubren quien soy detrás del seudónimo?
y envían a los perros crueles de la verdad y
destruyen mi cuaderno.
¿Que pasa si dejo de ser anónimo para convertirme en sinónimo?...
por otro lado que dicha enamorarse
soneto tras soneto.
De un autor vivo o muerto
o ambos en su defecto.
Y cada noche tener la posibilidad
de embriagarse
de palabras y versos.