Un puñado de versos

El viento acaricia las montañas
eternas de mi interior
y un rio a sus pies
golpea con amables olas mi alma

mis ojos se pierden
en un horizonte en llamas
mi corazon se escapa
de las garras de metal de mi cabeza

comienzo a trenzar estelas
de versos fugaces
me sumerjo en renglones inciertos
la tinta inunda mi ser
de metaforas infernales

me sirvo una copa de vino
me acuerdo de ella
me acerco al abismos
con un lucero entre las manos

esta es mi ofrenda dioses del olimpo
esta luz no dejara de brillar nunca
a cambio les pido paz

salgo a la calle
la luna parece estar rota
o mordida por angeles ambrientos
prendo un cigarrillo
y olvido como olvida el olvido
a un puñado de versos