El Ateo

Así, tan abandonado de mí,
me entregué a lo que nunca creí
para el vaso medio llenar.

Los rosarios no calman la culpa,
los rezos no cesan mi pecar,
el infierno no me asusta.

El mesías tarda mucho en llegar,
con mis problemas no va a acabar,
mis gritos él no escucha.

La cruz no espanta al daño,
no me aleja al mal del tramo,
los rosarios no calman la culpa.

Comentarios & Opiniones

Lorena Rioseco Palacios

Es dable que nos tome de la mano la ambivalencia y de ella su entramado creer o no creer, felicitaciones querido Ezequiel muy buen poema,6 estrellas y un cariñoso abrazo!!

Critica: