UN ACORAZADO

Dios. que te observa como a cada cosa,
Te juzgará hojarasca a la deriva.
No lejos de esa hermosa perspectiva,
Mi pluma será menos ambiciosa.

Crucero sin placer. Tu prestigiosa
virtud no está en brindar al tripulante
Descanso, distracción, ni a los amantes,
la noche más romántica y furiosa.

De guerra y no de amor harás escuela.
El mar lo supo siempre y no lo impide.
En la inmortal Galera Bizantina,

El Bergantín como en la Carabela.
Se intuye tu violencia que reincide.
No espero que estas líneas te definan.