MERETRICES
poema de LUCIANO CAVIDO
Esclava no, mi voluntad primero.
Los hombres luego, mis placeres antes.
Quastuosas, Meretrices o Bacantes,
Lo mismo por amor que por dinero.
Del gran poeta Catulo fui amante.
Dame mil besos y otros cientos luego…
Así fue nuestra vida, como el fuego,
Como el poema dieciséis*. ¡Llameante!!
También Teodora fui, fui aquella puta
De nombre Mesalina. Fui la obscena
Que perturbaba a Cristo. Magdalena.
De la mujer más fiel, la sustituta.
Hoy sigo caminando por la acera,
En busca de quien busca una ramera.