FE LITERARIA

Aquí donde mi verso se acentúa,
Aquí, digo, comienza mi apetito,
Voraz, deseoso, ávido, infinito,
Leal a Pantagruel y Gargantúa.

Esta voracidad de lo emotivo,
Lo etéreo, lo inusual, lo extraordinario,
Va más allá del mundo literario,
Del fabuloso mundo en el que vivo.

Hambriento en el Jardín de las Delicias,
O bien en los de aquella Babilonia,
Que fue también Babel para el hebreo.

Mi persistente gula, mi avaricia,
Me ve despedazando la carroña
Del verso que no llega y que deseo.