ESPEJO

Espejo que atesoras cada instante.
Duplicas nuestra suerte caprichosa.
Ya es mucho ser apenas una cosa.
Dejadme en paz de ahora en adelante.

Yo soy el otro hombre, tú mediante.
También el otro, el otro, el otro, el otro.
Y tú eres cada uno de nosotros,
Y de ambos mundos somos habitantes.

Espejo, deja ya de ser severo.
Tu demagogia empaña los cristales.
Prefiero el río lleno de eufemismo,

O más aún la ciénaga, el abismo,
Que nos devuelve formas fantasmales,
Me niego a ver mi rostro verdadero.