EL GUARDIAN Y EL CAUTIVO (Inspirado en el texto ANTE LA LEY de Franz Kafka)

Nadie ha querido entrar por esta puerta.
Tan solo para ti fue destinada.
La cerraré hasta el fin para que nada,
Sugiera que una vez estuvo abierta.

¿De cuánto, tu paciencia, te ha servido,
¿Hombre de mucha fe, de poca suerte?
En breve llegará por fin tu muerte
Y habré logrado ya mi cometido.

Al fin y al cabo, no me desagradas.
Si existo es porque existes tú primero.
Te he visto envejecer día tras día,

Hora tras hora, siempre, todavía...
No obstante, soy guardián, tú prisionero,
Los dos, ante la Ley... no somos nada.