AL CAFÉ

Hay una cierta planta al sur de Asia
Con su semilla cierta y su tamaño,
Con su sabor tan único y extraño,
Su personalidad, su idiosincrasia.

Es cierto que esta planta es bella, es cierto,
Que de muy lejos llegará su nombre.
Buscando eternidad, la bebe el Hombre.
La eternidad de resistir despierto.

Piedra preciosa de color sombrío.
Así llamó el Abad del monasterio,
A aquel grano primero, a aquel aroma.

Hoy en su negro cielo el rostro asoma,
El mismo hombre taciturno y serio,
Para calmar su sueño, su hambre y frío.

Comentarios & Opiniones

anama

Me ha gustado mucho este poema. Saludos

Critica: 
María Cruz Pérez Moreno -acnamalas-

Luciano excelente, gran placer la lectura, saludos.

Critica: