Congojas

poema de Eulen Kard

He visto entristecer tus ojos saltarines
los domingos en las tardes
y escucho tu voz cantar mi nombre
en las suaves notas de un suspiro tuyo.
Tú, tan sola
en embelesos recorres
las caricias de un pasado muerto
y ahondas el suplicio
que tu pecho embarga.
Las horas sin mí
lentamente te laceran;
puedo saberlo
porque sé que aún me extrañas
y sin ser ajeno a tu congoja que perdura
puedo asegurarte
que mi ser aún te anhela.
No pude contener la furia de tus amores.
Caprichosa eres
rosa blanca con espinas de acero.
Solo tú tienes la culpa
de nuestro amargo desvelo.
Qué caso tiene que te extrañe
y que desees estar conmigo
si ya mi corazón
naufraga en las aguas de tu olvido
y los quereres que me diste
en mi exilio...
traspasaron las barreras del destino.

Comentarios & Opiniones

Celeste Alma

Que cosas tiene el amor...añorando seguir juntos,sufrir el mismo dolor... pero continuar el destino cada cual por su camino enmedio del desamor.
Me encantø tu poema! Me sentí identificada

Critica: 
Eulen Kard

[...]Caprichosa eres
rosa blanca con espinas de acero.
Solo tú tienes la culpa
de nuestro amargo desvelo...

Muchas veces toca emprender caminos diferentes, aunque se desgarre el corazón.

Saludos y un abrazo.

Critica: 

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