El corazón esparce su rijosidad.

poema de el condor

Fuente Literaria/ Poesía Romántica 006

Tomo las últimas gotas de la sidra, mirando al pasado, es el gotear último
Hacia el vacío sin sentido,
Trinan los pájaros en la lejanía y las gavillas entrelazadas de flores se esparcen
Al viento lento de tu corazón, más allá las chicharras y grillos rompen el silencio
Junto al pajar.

Son brotes de flores ya tardías regalas a la abeja para perfumar mi alma ante la dormidera
De la lejanía.
La mujer que quiero, se me fue, es el corree de las gotas últimas. Es el espigador entre orillas
Que silba en la noche y contempla la abundancia de tu alma que pare las bardas
De su fruto.

Es la adorada imagen de mi amiga y compañera, es el paseo por el zoológico Las Delicias,
Es la serenidad, alabanza de la visión de tu ciclo, son los versos que revelan la Oda
Del invierno que se va.

Ya el verano se acerca, más no lloré a pesar de ser mi elegida y te conocí en aquel
Cerrito de la vía al templo.
Adiós, viva luz, de nuestros veranos, muy corto ante la invocación del ruiseñor.
Es el amor que cubre los dedos en tu piel y que muerde las hojas del verano.

Los hijos se fueron, ya no los conozco. Es definir una irritante frontera y distanciar
Los labios del encanto, el corazón se pone rojo en la distancia, es el laberinto
De un aroma de rosa, son mis dulces sueños.

Emiro Enrique Vera Suárez 15/10/ 2020. Valencia.