RETORNO AL VACÍO BAJO LA ETERNA RADIACIÓN SIDERAL LUNAR DEL CÉNIT

poema de PRIMIGENIVS

Un paraje,

Un paisaje más allá de la vigilia y todos los oscuros sueños
Más allá de la vida y la muerte, más allá de todos los muertos
Más allá del día y la noche, desierto inerte, más allá del tiempo
Más oscuro que de lo insondable y el profundo reflejo del mar
Más letal que el desierto negro sin retorno, del nunca jamás

Y es aquí,

Desde donde finalmente ya muerto él, se detuvo a escribir
Desde esta llanura estéril, tan vacía, tan inerte e inhumana
Tan lejos del recuerdo de ella y su desprecio de luna mundana
A este lugar de ella que fuese su fuerte y su musa, levitó luego del morir

Contemplando,

El área donde descansó ella todo el engranaje de su conciencia
Su comodín secreto donde desplegó ella toda su insanidad y su locura
Leimotiv pretexto donde rienda dió a su narcisismo y obstinación
Donde ella engendró dolor producto de su egoísmo y perversión

Recordando,

La odisea de su marca llena de dolor, que gesticuló su muerte y sepultura
Cuando el aliento de su vida finalmente sucumbió, resuello por ella
Entonces él gritó a la vida en el último suspiro, imploró compasión de su alma
Y de ella solo obtuvo la frialdad de su repudio y la crueldad de sus palabras

Una vida,

Que se desangró en los últimos instantes en los que él tuvo que partir
Como el toro mortalmente herido, agónico brotó sangre antes de su concluir
El tránsito por una amarga existencia, llena de una ingratitud extrema
La deslealtad de su sonrisa hedónica brutal, la siguiente vez, la última escena

La partida,

No solo del amor que nunca hubo, que jamás supo valorar
Sino del aprecio que nunca existió, y todo el desengaño
Cuando el acertijo del laberinto se expuso y dio a descifrar
Revelándose todas las burlas, bulos y mentiras de una pilla

El amargo desconcierto,

Todo al final fue una gran manipulación, del contemplar
La falsa belleza de un alma perdida y muerta hecha daño
Ella oruga de virtudes su crisálida de oro, liz de azahar
Convirtiéndose al final no en mariposa sino tóxica polilla

El espejismo,

Él se enamoró de su juventud, otrora cristalizada en el tiempo
Él se enamoró de su virtud, desvanecida con los años mundanos
Sólo fueron sofisma de un carácter de hiel aún joven y lozano
Al final brotó del áspid su veneno, su talud de sed hipergamo
Su naturaleza femenina psicópata, narcisista devoradora de emociones

El Errante,

Espíritu en pena perdido en la eternidad de la Muerte
La Muerte Final, El Odio Terminal, Desilusión Sepulcral
Locura Convulsa, Desamor, Rechazo y profundo Veneno
Repudio y Desprecio, ahora tan mutuos y sangrantes
Deambulantes, proscritos ahora en los valles de la Muerte

Agonizando,

Desterrado, olvidado, abandonado para divagar eternamente
Por los mares negros inertes, en bálsamo de viento solar
Fundiéndose en el polvo lunar, la memoria en granos disoluta
De cada recuerdo, cada carga de odio liberada en grito mortal
Ingrávido sobre arenas de silicio de consistencia impoluta

Y falleciendo,

El Angel Exterminador que de tristeza él también murió en éxtasis de Masacre
Con sonrisa guiñó implorando piedad al Llanto de Luna en sus Bodas de Sangre
El Gran Astro respondió con gentileza en gesto de resolución, sentencia y arbitraje
Y concedió al Segador una Espada de Tribulación para objetar con desafuero su Dictamen
Sacarle los ojos a ella, para que ella nunca más al errar, a la Luna en su nombre mirase

Vindicación,

El Asesinato Frío, de la esperanza de un justo por su alma estéril
Retorno al vacío, bajo la eterna radiación sideral lunar del cénit.

Muerte, Eterna Muerte.