La hora del deseo
poema de E. Ariel Montesdeoca
Es la hora de la tarde,
que afila sus cuchillos de verdades
desmienten los círculos de tus pasos,
falsas prisas y pretextos de regreso.
Gotea viscosísima la lujuriosa sorna,
hormiguean las arterias en miradas cómplices,
desgranan abejas laboriosas, tus comisuras rosas.
Es la hora de la luz incierta,
que pregunta en parpadeos,
del blanco espeso al rojo beso.
¿Te sigo hoy...?, ávido de tu piel experta.
Puebla mi voz, el afiebrado deseo.
Es la hora del juego pleno,
que amolda mis contornos,
que ablanda mi presente zozobra.
Crece el puente entre nosotros,
se cierra el broche vital de tu cuerpo,
oculto ya, en mi capullo viejo.
Comentarios & Opiniones
Exquisito lenguaje y excelente concatenación de las ideas... Un placer leerte! Abrazo!
gracias.... esperé reflejar la experiencia decantada.. saludos