Coincido

poema de El andino

COINCIDO

En el resguardo del techumbre de palma, reunidos en el mesa de tabla curtida por la usanza, el fogón que despierta con los maderos que inflaman con su llama alta, el rió con sus aguas mansas que me llaman en la noche oscura de la esperanza. En la llanura el horizonte que se escapa con su lamento de patria, humareda que recorre el camino llegando hasta las matas; son los linderos que se marcan con el hollín de mi casa.

Una racha fría rara en está casa, entumecen los huesos que se calientan con la caña blanca. Arpa que se acompaña de la vieja práctica, entona las canciones del viejo de mi taita. Cuerpos calientes, se revela la añoranza de aquellos viejos muchachos reunidos en el cercado de la estancia.

Temprano en la madrugada la carne ya está asada, hojas de plátano adornan la antesala; que generosamente nos llama. La tapara rebosante del suero de cabra con su espíritu
picante alegra la trasnochada.

Edgar Tami

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