El camino

poema de Duende celta

Fui trovador de caminos donde el sol acariciaba sus montes
con la turbia mirada de un perro mal herido, quise mirar el albarán
de la normalidad, pero lejos de mi ausencia quedó aquel vestido.

Amanecía con la luna como soles para mis ojos, infiltré en mis venas
el desahucio de barraca ajena por timidez a la deshonra,comprometí melodias
entrelazadas con manos de bufón para asi tender a mortaja de santo mi vanidad,
con plomo como amuleto y blasón de cinco puntas anillado a mis ojos llorar.

Como pisada de mártir ahogado en el griterio de enjambres de suculentos relatos,
el camino se deshace en migajas, cruceiro de media noche, soledad torturada, y al
anochecer tu mirada.

La leyenda se vueve hechizo encarnado en tus ojos,
la realidad es el musgo verde de tus caricias,
el amanecer... postrado en lecho esperando tu alma a mi ser despertar.