Paisaje Político

Yacían inertes ante la piedad
Que caía sobre ellos como migajas al suelo,
Soñaban con cielos azules y estrellados,
Pero sobre sus cabezas sólo existían nubes y humedad.
Por el día el sol insoportable les arañaba la piel y les enmarañaba el cabello,
Y el frío nocturno les escocía los dedos y las orejas.
Oraban canciones en los recitales mudos,
Hasta que las gargantas se les mojaban con el poco jugo de la carne,
Y evocaban los recuerdos de las victorias de un antepasado lejano,
Pero los matices se habían borrado y la huella inefable
Se difuminó en la memoria.
Cargaban pues el peso de la culpa, la ignorancia y la abstención.
Como sí de un velo cocido se tratase.
Movidos por mentiras los huesos crujen ante el temperamento
De la naturaleza, y la injusticia les castigaba con el flagelo del hambre.
Los hombres sin identidad se enfilan hacia el desajuste, y el gordo líder ríe.
Los pocos despertados padecen la injuria colectiva, mientras que las luces tenues de las ideas
Mueren como luciérnagas al llegar el día.
Los deseos inocentes de los infantes se interrumpen por la vanidad,
Y los padres los consuelan con mentiras.
Hasta que la verdad se hidrate con la sangre de los opresores.