No vengo de lejos

No vengo de lejos
vengo de puntillas desde sus horas
en silencio para no despertarla
para que no descubra el breve escape
de sus labios
la fuga mínima de mis sentidos
desechos entre sus lunares

Nosotros no hacemos pausas
siempre estamos
perfeccionando el recuerdo
alimentando los antojos
de la soledad
nosotros después de hacer el amor
medimos la altura de la cama
y de las utopías
del sueño
medimos
el número de besos
y cuantos se han perdido en el hastío

No vengo de lejos
vengo de puntillas sobre nuestro adios
traigo rojo en el pecho
y una soga de latidos
atada a mis versos