La azotea

Este presente llega con violencia mientras intentamos superar los daños del pasado.
Tal vez este amor no ha podido sanar tu alma y ha quedado destrozado, debo admitir que antes de conocerte me sentía desterrado en un mundo desolado, entre sueños y despertares agónicos por no tenerte a mi lado.
Y en las mañanas alegrabas mis días con tan solo un mensaje, en aquellos tiempos los vientos de verano secaban mis lágrimas que caían al suelo mientras el silencio de la noche se volvía mi único consuelo, esa noche yo en la azotea y tú talvez en tu ventana del balcón de tu casa, mientras ambos contemplábamos el cielo y las estrellas, sabía que eran las mismas que alumbraban tu camino entre consecuencias, risas y llantos.
Hoy cada una de mis letras contienen sentimientos, está noche me siento triste y apagado, pero no soy más que un hombre enamorado tratando de recuperar lo que en muchos años jamás había sentido, el cual en su pasado fue castigado y olvidado, es difícil sobrevivir con una herida profunda y dolorosa, la vida se presenta letal pero hermosa, un poco confusa y hasta diría peligrosa, pero sabes amor, no siento vergüenza de sufrir por amor, ya que todo ha sido algo inimaginable y precioso, la llama de tu amor y pasión logró gobernarme por completo, no es un pensamiento, sino más bien un hecho muy certero, después de todo aún puedo verte en mis sueños como un hada encantada, autora y protagonista de mi historia desafortunada, tu esencia está en cada parte de mi ser y siempre estará, en mis ojos está tu mirada marcada, eres tú mi vida la autora y protagonista de mi alma enamorada.