Soledad
poema de Raidbury
Del cobijo que te pare,
aquí,tus desnudos pechos
amparabánme en los mares
de la blanca soledad.
Olas;pies contrahechos,
hambrientos de carne los labios,
desandándose en la espuma
mis besos.Ceden.Se tiende la bruma.
Sólo.Las aguas que mojaban
ayer,nuestra ribera.
Son Capitales orgullosas,
son sal y arena dolorosas.
Clavánse mudos claveles,
salúdame aquella dulzura.
Recuerdan tus ladrones laureles
devolverla tardíamente madura.
Muerta y,¿qué sabe la flor?.
No comprende ya su ternura,
sangrante y rojiza no late.
Pálida y seca figura.
Comentarios & Opiniones
Diego ay poeta usted me llena con sus versos..esta obra es preciosa! Como siempre mucho esmero en sus letras!
Una obra preciosa, llena de versos nostalgicos. Saludos
Se lo agradezco Maria,y en cuanto me sea posible disponer de mayor tiempo para volver a éste encantador lugar,con mucho gusto visitaré yo sus obras.Un saludo cordial.
Gracias por volver a visitarme,Mac.Le replico a usted con las mismas palabras con que respondo a María.Un cordial saludo.
Un excelente poema que se destaca por la belleza y la calidad... Un cordial abrazo poeta.