Sobredosis (otro poema en prosa)

Camino infestado por los primeros soles,dos son falsos jueces,una flecha,que atraviesan el pecho de muerte a voces,perdidos,a espaldas en la espiral que te persigue.Doblas la calle implorando auxilio,a pasos vacilan,marmóreas las piernas,y el puñal de un carnicero desnuda tus cuencas,al gélido abrazo invernal.Regresa la Luna.

Las venas hierven,el viento silba,los latidos del corazón enfurecen.Los ojos quisieran exclamar,lo que los labios cohibidos no pueden.Los dientes queriendo escapar rechinan,la sangre trota,cual caballo a galope,y brotan las ansias por no cerrar más los ojos y entre súplicas rituales se conjura encerrado el terror.

En una esquina apagada te consumes,escondido de todo lo vivo y esperando cual insecto el final.Exclamando mudamente tu rabia ante la verdad,decides salir,la esperanza ahora marcha de tu lado,el viento casi deja de embestir,como tu corazón,desbocado,convenido a mesarse.

Camino hacia el refugio del hogar,hacia la esperanza del mañana que acababa de comenzar...Y se ve truncado.Pues el viento te ha engañado,y con él,tu corazón.Un refugio en la cumbre,alejado de tí,de las cloacas ya demasiado.Tu corazón dejó de seguir,el compás del viento,amedrentado.