A quien pueda interesar.

Mis ojos tuvieron el placer de admirar tal belleza, el momento no era el indicado pero el deseo era fuerte… pero, si estos dos no van de la mano, ¿de qué sirve el deseo de hacerlo?... fue esto lo que me pregunte y trate de responder, también me di cuenta en ese preciso instante, que mis ojos no eran dignos de observar tal belleza y yo no era digno de sentir tal deseo, un deseo relativo mas no de dos.
Di dos pasos hacia adelante, mire al vacío y sin pensármelo dos veces... me aventé a él, tan acostumbrado me encontraba de la cotidianidad que ya no me importaba perderme en el arco iris de sus ojos, no me importo caer cuesta abajo sin saber que tan duro me daría en el suelo… aunque era certero el impacto, también lo fue la perdida de mi conciencia…toque fondo y me di cuenta que cuando la cotidianidad invade nuestras vidas, es cuando se empieza a perder el interés... y es ahí, cuando podemos perder a las personas.