Nadie podrá...

Nadie podrá saber tantas cosas de ti,
a ninguna le abrirías tu corazón.
Nadie podrá ganarse tu verdadero amor...
¡Ese puesto lo tendré siempre yo!

Lo perseguí hasta con mi último aliento,
y como una reliquia lo conserve.
Nadie podrá amarte como lo he hecho yo,
otra no ha de perdonarte sin guardar rencor.

Yo me he entregado completamente a ti,
y se, aunque lo niegues, que me perteneces solo a mi.
De tu vida nada me podría separar,
porque el amor que te brinde ha sido tu ideal.

Nadie podría ocupar mi lugar
en tu vida y mucho menos en tu cama,
mi talla a todas les queda grande,
ni siquiera a los tobillos podrían llegarme.

Una mujer, amiga, consejera, confidente,
amante y "esclava voluntaria"
como la que escribiéndote aquí, está;
no en cualquier parte se puede encontrar.