La trampa
poema de Rude
El azabache estalla en el cielo,
mil lunas prenden su techo
y las bocas del tiempo,
inquietas,
aguardan su momento.
No hay barquero,
ni almas, ni consuelo.
Sólo una brisa helada
que despierta al titán del silencio.
Aquí no se escucha el lamento;
este frío asusta incluso al eco.
Aquí no bailan las lágrimas,
el sueño se hace eterno:
Envidia de Morfeo.
Aquí sólo hay trofeos
sucios y sin aliento.
Y una dama blanca sonríe endiosada,
reina de todo este templo.
Comentarios & Opiniones
Un placer tu poema, limpio y cristalino. Saludos