Ya no soy lo que era

Ya no soy lo que era
pero no importa.

Ahora me miras
y mis demonios te miran de frente.
Las aguas embravecidas
te dan la bienvenida
con ese vaivén sinvergüenza
que muestra que este afán que ahora soy
de idas y venidas
solo ansía distraerse de la realidad
y reírse sin parar:
disfrutar sin medida,
pasión sin límite...
rugir hasta caer rendida.
Ya no quiero drama
quiero calma.
No me culpes por acabar siendo lo que dije una vez que odiaba.
No me culpes por acogerme a lo que sujeto entre índice y traición.
No malinterpretes mis risas como cobardía o como el deseo de darle la espalda a los problemas.

Le he dado una buena hostia a la vida después de la última que me ha dado ella
y ahora creo que estamos en paz.
He cerrado de un portazo al darme cuenta de que cada segundo es irrecuperable:
voy a disfrutar de todo lo que pueda
y voy a ser todo lo que nunca quise
y voy a hacer todo lo que un día rechacé
y voy a escuchar la música que me recuerda a él
y voy a escribir hasta que me sangren las manos y no los pies.
Esta vez,
si corro huyendo de la vida,
va a ser para llegar al hogar:
a él.

Ya no soy lo que era
pero no importa.

Ya no soy la niña que jugaba a ser guerrera
soy la mujer mina que explota en medio de la carrera.
Ya no soy la inocente que jugaba a amar
soy la loca que grita mientras se entrega a las olas de placer que ofrece de noche el mar.
Ya no soy la que se creía las mentiras
soy la que miente únicamente cuando me preguntan si por traerte de vuelta moriría.
Ya no soy la que escribe sobre fantasía
soy la que fantasea despierta con una noche donde él me clava los dientes
[soy su presa]
y yo le clavo las uñas
[mientras me quema].
Porque el único tipo de amor en el que creo y al que me ofrezco
es al que arde hasta que
de las cenizas
crezco.
Ya no soy la que huye de infiernos
he asumido que el más grande lo tengo dentro
y pienso arder y llevarme por delante a todos aquellos que en su día quisieron pararme.

Ya no soy la que era
pero no importa.

Porque la sorpresa en tus labios es la victoria en los míos.
Porque ya no soy la tonta que hincaba la rodilla ante falsos dioses
ahora tengo yo el trono y lidero a los leones.