La tumba de Fedora

LA TUMBA DE FEDORA

En verdad, soy demasiado viejo
he marchado tantas veces de la tumba de Fedora
fue enterrada hace tanto tiempo ya.
Ermitaña en el sepulcro, la lluvia no la daña
¡Fedora!... Fedora
están borrachas mis lágrimas
he bebido tanto alcohol, en la tumba de Fedora
embriagado en titánica memoria envejezco
¡Ah! Señora, de fatídico noviembre
aún recuerdo separándonos la losa
allí, quedándose en mi mano una flor, una rosa
la llovizna que recuerdo, eran lágrimas caídas
que trajeron los ejércitos del cielo.
La portamos al sepulcro de su tierra natal
y así tienen los ángeles su alma
no es vano, la mayúscula belleza de la patria celestial
que tomaron los alados de la tumba de Fedora.
Debe haber algún motivo esta noche
para que no duerma junto al sueño de Fedora
hablarán los ángeles de mí
en la bóveda celeste donde existe
y abrazado a la tumba, sus lágrimas lloverán en mí
¡Oh! Señora, beberé esas gotas de elixir.
Sentado, junto al nombre de Fedora
envejecen los alados serafines
viajeros, que llegaron conmigo hace tanto tiempo ya
me acompañan los peludos querubines
y algo misterioso ocurre
más brilla su piedra marmórea posados allí
así lucen los astros, así se ven las estrellas
son los ángeles guardianes quien custodian su inscripción
junto al alma de Fedora...
“La amé con una furia, que solo el amor posee”.

“Cuentista 2023”.