Jugando a las tinieblas

poema de Cuentista

JUGANDO A LAS TINIEBLAS

No era grande, pero sí demasiado pequeño.
Mi sueño, menudo como una flor transformada en pesadilla.

“La tierra agobia a mi boca entre pétalos de rosa, sin olor
ya no hay nada en mi corazón.
Golpean los tallos la lluvia silbada en esta hora de difuntos,
me espanta la noche ¿o tal vez la oscuridad?
En ella se nutren claveles dormidos que adornan mis manos
y a un cortejo que se acerca.

Vagan tardos los pasos sobre el barro,
se arriman oscuros a mí, atrayendo a las tinieblas
y al lamento empapan sus vestidos en este mudo paraje
desde ahora, crece el agua de la lluvia
hoy vidriosa al rebotar en la dureza de las tumbas.

Al instante, traen los hombres las petunias
y las damas de negro puro observan untadas en velo
observan la fosa en un hórrido vislumbre
¿Me encrespa la noche? ¿O quizás sea la oscuridad?

Están heladas las flores, siento el frío que descubren en su tímido desfile
y una a una, van posándose en la tierra gobernada por los bustos que aquí moran
tiembla entonces mi boca sin moverse nada más.
Se acurrucan los gladiolos en la arena que me cubre
¿Es mi pensamiento una flor?
Desvelado para siempre, tan solo puedo escuchar
¡Flores, flores para los muertos!”.

“Muerte, me lo has quitado todo
estamos en paz.
Cuentista 2016”.