"I", de daih. "II", de Josep.

I
Manejando por ninguna ruta en la noche
sin mirar atrás...
Cosas se vislumbran
en oscuros vientos
y una boca recorre
por debajo del ombligo.
Hay un futuro insospechado
como en aquel acantilado
y su cueva negra
cuerdas por acupar.
Dolor en primigenio amanecer
un rayo negro alumbra
el desliz de una mente
ansiosa de perturbaciones
Y grito...
Ven
aquí
en lo profundo de mi vagina
donde el dolor subyuga.
Tira el alma a destajos
y se espolvorea
al abrir las piernas.
¡Mírame!!
Una sensación brota
desde el lagrimal de tu ojo.
¿Sangre?
La furia se desata
y las garras corren
a un choque extremo.
Ahhh! en bocas abiertas
el deseo tragó y tragó
en impuro mundo del la líbido.
Daih.-

II
Eres el guardián del paraje
y sometes a mi cuerpo
a tus vicios que me enredan
en múltiples placeres
hasta dejar de saber quien soy.
Tienes un trozo de carne
bajo tus piernas,
blanco,
tembloroso de excitación,
acariciado en su dorso por arena de la playa,
iluminado en el pecho por rayos de sol blanquecino,
amarrado a las cuerdas de tu sexo poderoso,
cautivo,
entregado generosamente,
esperando milagros,
locuras sólo vislumbradas en sueños
borrachos,
liberados como caballos suicidas.
Tu grito salvaje
me penetra como el falo más dulce que hembra tuviera
y me desgarra sin la piedad que caracteriza
a tus deseos más profundos;
me follas hembra de delicios piel
como se hace con uno mismo
derretido en espejo caliente de dormitorio.
Te miro y me hago líquido por abajo,
se me inunda el cerebro también de semen.
Espero que me lo hagas todo
mientras gimo como un niño
en bosque de lobos, noche cerrada,
tu aliento quema mi exceso
y me lo devuelve multiplicado
metido en la boca con la lengua con que escribe esta historia
real
mas increíble en las puntas
de lo que se vive en ácidos a medianoche,
en viejos lavabos de discoteca;
fóllame
mientras no hago otra que mirarte.
Josep.-