Aromas y espacios

Confieso
“En las cercanías de mi intimidad hay ojos de cerradura por donde ver lo que imagina mi lujuria; detrás de la puerta se encuentran las miradas más enrojecidas y con el corazón golpeando angustia. Me doto de un espacio. No sé si en él penetran o son invitados. Mi cinturón es tan frágil como la niebla. El espacio titubea en sus dimensiones y… cuando eres tú quien penetras se ausenta.
Así que comprenderás que resultaría ocioso levantarte murallas, preparar una pócima que te transformara en algo distinto a lo que eres: No he aprendido aún a lanzar piedras sobre mi propio tejado y desde muy pronto supe que éste era de cristal.
Te regalo mi habitación para que pienses en ella, los cinco rincones que agrupa para que descubras sus oscuridades y con las gotas de sudor que deslizan sus paredes te hagas. Es el botín del brillo del deseo, la ruta de florecitas malvas que conducen al seno de mi ser y a todas las circunstancias de que se dota mi cuerpo para ejercer de trampa, oficiar de dádiva salvadora de tus minutos hueros.”

Joanna Dufromont