A mi helado amor.

La temperatura bajo de golpe a los cero grados,
y abrazar el sol nunca había sido tan frió
a mitad de una primavera,
las palabras se volvieron confusas
tras la nube de vapor que se exhala
al intentar calentar las manos,
aquella misma que delata la helada amenaza,
la misma que congela el alma.
Los charcos se cristalizaron
formando pequeñas pistas de hielo
donde caer en la tontería de un juego parece inevitable,
donde la fractura de un hueso parece inhabitable,
donde un corazón roto parece inevitable.

Quizás pisar descalzo la nieve sea menos doloroso,
o formar un fuerte para aguardar tras la huida,
nunca se sabe,
el fuego quema, hasta arder,
pero el frió,
quema hasta olvidar...