Eres...

Eres maravillosa aunque no lo creas,
eres espora de polvo en contra luz creando pequeñas galaxias,
volviéndome gigante, para guardarte en mis palmas junto a un corazón
que siempre te ha pertenecido,
junto a todos aquellas ganas que surgen de mi cuerpo al verte conmover el suelo
en cada pirueta de encanto, de aire, de infinito más allá de cualquier paraíso.

Eres el leño que avivo la llama,
y de entre tantos que se fueron consumiendo con el calor, tu ardiste más fuerte,
indomable, imparable, impecable,
me tomaste en brazos y lejos de quemarme
absorbiste mi helada soledad por encima de cualquier ley,
me amaste por efecto de combustión, es decir por tu sustancia y mi oxigeno.

Eres, y gracias a ello somos locos desatados en la cordura del mundo,
lluvias cayendo en parejas besándose,
tiempo detenido en los recuerdos de miradas perdidas,
poemas improvisados en los cuadernos,
docenas de rosas en un san valentin
y todos los posibles secretos que guarda el edredón.

Eres lo que mas he amado de este mundo
y apenas comienzo
a conocerte.