Escribiendo en un estado de privación libre.

poema de clauverso

Era tarde. Los noticieros no fallaban. Yo meditaba bajo una noche estrellada, mientras el sonido de una televisión lejana intentaba poner mi atención en la tierra. Pensaba en aquellos que mueren de hambre, en los suicidios, en la depresión, en la guerra, en la economía fluctuante. Básicamente, era un pensamiento sobre la fragilidad de la existencia y como estábamos eligiendo destruirla muy sutilmente. Dentro de mi embriaguez de pensamientos y sensaciones, hallé un posible remedio. Si la humanidad luchara unida contra un enemigo externo, la unión sería nuestra más grande arma.
Todo quedó allí, en esa noche, en las estrellas y en mi. Par de meses después, el mundo se cerraba ante un virus extraño que lamentablemente, ya se había globalizado. Ahora la televisión tenía mi atención y las estrellas, supongo, me extrañaban.
Desde entonces, se han multiplicado las soledades. El encierro, el aislamiento en ocasiones, eliminan lo social, dando paso a la soledad. Este enemigo nos aisló, desarmo y nos cubrió de incertidumbre y pena. Y yo pensé que podría unirnos, pero, finalmente, nos ha separado, individualizado y aislado dentro de cuatro paredes, que no son más que la representación de aquel preso que es inocente, que maldice su mala suerte y su vida por su situación. Nosotros, presos libres, enfrentamos la dicotomía más extraña de los últimos tiempos, la de estar encerrados física y psicológicamente al mismo tiempo que somos sujetos libres. Entiendo el encierro, después de todo, es un arma que debemos usar, pero, no entiendo sus consecuencias, si el encierro es por una causa noble y precisa, ¿porque sus consecuencias no son nobles ni precisas?
El hambre se ha intensificado, los suicidios aumentado, las promesas de guerra no cesan, la economía está batallando enormemente. Debido a este cansancio, esta noche he vuelto a las estrellas, las miro en el cielo y les pido perdón mientras les digo: la unión de la humanidad no debiera ser por objetos exógenos, debería nacer en cada mente que cuestione la normalidad de las muertes pre y post pandemia. Si encontramos el problema, la solución ya no podrá esconderse más.
Mañana será un nuevo día. Lamento lo que pasa, pero si estamos encerrados en una libertad, entonces aprovechemos de nutrir el alma con la lectura y el estudio profundo de las ciencias que pueden mejorar la calidad de vida. Si una persona captó mi mensaje, estaré feliz y las estrellas perdonarán mi ausencia, entonces, no habrá televisión que me distraiga, porque estaré escribiendo para ti.

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