Una del Charro Amarillo.
poema de Celeste Alma
El fútbol y el estadio
Manuel, no son lo mismo;
las porras, muy decentes
cambiaron pronto el 'disco'.
Qué súper era entonces!
ay Don, ' qué buenos tiempos
aquellos tan sabrosos'
tal cual dicen los viejos.
Al árbitro las porras
gritábanle : €#leeero!
c@br%n! Burro! Corrupto!
Vendido! hasta, P....ejo!
Un gol se celebraba
así como Dios manda:
'de hidalgo' una cerveza
y 'bubis pa' la banda'.
Ahora 'señoritos'
finuras sólo cantan.
Si el árbitro es vendido
pues, pujan y se se aguantan.
Qué tiempos, don Manolo!
Ahora los chiflidos
no saben tan sabrosos,
ni el 'wey' en los partidos.
Qué tiempos pues, Manolo!
El fút en los tendidos
cambió a la porra 'ñera'
por sobrios aburridos.
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En memoria de Armando Ramírez.