LEYENDAS DE UN FAUNO

LEYENDAS DE UN FAUNO
La Dama Perdida

Corro en el bosque encantado
sin importar que misterios encuentre
o a qué criaturas míticas enfrente.

Siendo las hadas malvadas
mis primeros oponentes,
¡ruego al cielo! que en batalla
Pueda usar todos mis poderes.

Peregrinaba sin darme cuenta
que mis enemigos me asechaban
donde mi único objetivo era luchar
hasta que la muerte me alcanzara.

La noche rea lúgubre y silenciosa
donde mis miedos y temores
me aprisionaban, a tal punto
que mi cuerpo se paralizaba.

Pero al recordar mi objetivo
una fuerte energía recorría mis venas,
aclarando mis ideas para así,
obtener más fuerza.

¡Dama perdida! te has convertido
en un sueño lleno de intriga;
sin olvidar que eres dulce, hermosa,
musa y una excelente mujer virtuosa,

de ojos radiantes que dibujan
en tu rostro una elegante
sonrisa majestuosa.

Por eso mi desafío es encontrarte
y liberarte de la maldición que has caído
por la bruja más despiadada
que en este injusto mundo ha existido.

Todo el bosque estaba maldito,
pero mi amor por ti era bendito
a pesar de solo una vez haberte visto.

Eso me inspiraba confianza
y mucho desafío, para salvarte
y al fin poder estar contigo.

Mis oídos empezaron a escuchar
a las hadas con espantosos gritos
que en su tiempo fueron hermosas,

pero la maldición las convirtió
en pervertidas y espantosas
cuyo rostro horripilante
con dientes muy afilados

preparaban su ataque en mi contra;
sus alas eran muy cortas, pero su velocidad
provenía de su poder mental
siendo su ataque tenaz.

Mis armas: El arco y la flecha,
la astucia e inteligencia,
mi escudo; la fe y la fortaleza
un protector de mucha resistencia.

Tenía también el poder de la magia
que al lanzar mis flechas las convertía
en fuego y éstas ardían en llamas;

haciendo prevalecer mi ira
y la potestad de hacer justicia,
exterminaba al ejercito de estas
maléficas y perturbantes arpías,

el cual las escalofriantes se quemaban,
ardiendo hasta deshacerse y
convertirse en cenizas.

¡Dama perdida¡ eres la diosa
de mis flamantes melodías,
la princesa que danza
mientras mi flauta tocaba.

Sin poder olvidad aquel día
en que vi tu hermoso rostro
y lleno de alegría.

Eres la luna que con su luz
mi corazón palpita.

Eres el resplandor del sol
cuando tu cuerpo danza.

Eres la musa que los dioses
siempre alaban, es por eso
que mi corazón te clama.

Con fuerza y destreza
emprendo mi fantasía
de poder enc0ontrarte
y matar a la bruja maldita.

¿Dónde estás?
amada mía, dulce reina
¿tierna y divina?

¡Mi odio crece! Porque fuiste
arrebatada de mi bosque.

¡Mi odio crece! Porque mi alma
a la injusticia aborrece.

¡Dama perdida!, dama perdida!

La guerra aún no termina.

¡Soy un fauno!, guardián, cazador,
guerrero y emprendedor,
siempre con la mirada
de un gran gladiador.

De mitad superior humana,
de mitad inferior de cabra,
orejas grandes y peludas
con prominentes pómulos

y patas muy velludas ;
los cuernos en la cabeza
van en mi amplia frente
en formas diferentes.

De cabello y barba larga,
Listo para mi siguiente batalla
Y decapitarte bruja malvada.

Procedí a caminar estando alerta
para poder conquistar mi próxima meta,
el cual es de hacerte mía, dama perdida.

Tu cabello reflejaba una luz dorada
que en tu pecho se podía observar
tu dulce alma, tan virgen, tan dulce
lo cual es deseada por criaturas perversas

que te quieren sacrificar y devorar
para después poseer tu espíritu
y convertirse en ser inmortal.

Pero mi honor prevalecerá
y no permitirá que te hagan daño
princesa de mis alegrías
¡princesa prohibida!

La niebla era dominada
por esta bruja, la misteriosa villana
que provocaba y despertaba
a todos los fantasmas

reflejándose a través del viento
provocando el temor y el miedo
a aquellos que se cruzaban por su camino.

De pronto vi su rostro; era tan perverso,
tan peligroso, tan siniestro; una mujer
con cuerpo de león y alas de ave,

cuyo rostro era pálido y blanco
que sus ojos estaban endemoniados
y sus labios eraran de color morado.

Continuará...