Brújulas de cartón.

De la belleza más infinita nace esta lágrima,
¿cómo la espuma y una gaviota viran a fuego?
De la ternura de la piel dura de un marinero
se hace distancia La Mar y ahoga todo lo bueno.

El horizonte ya no le esconde más paraísos,
que las tormentas no son de menta ni siembran vuelos.
De las locuras de la sien recia de un marinero,
la plata pura se vuelve oscura besando el cielo.

Hoy esa quilla ya no acuchilla lo que le quita
porque su luna busca fortuna en otros cabellos.
Del verbo ajado que hay en las manos de un marinero,
una botella, llena de versos, va rumbo a puerto.