Te extraño

Te extraño al abrir mis ojos por la mañana,
cuando estoy sola y no hay nadie en casa,
al escuchar una vieja canción querida.
Te extraño aunque ahora ya no debería.

Te extraño los sábados por la tarde,
los domingos por la mañana
y los lunes por la noche.
Te extraño cada día de la semana.

Te extraño cuando camino por la calle,
al subir y bajar de un camión,
cuando me siento en una banca en un parque.
Te extraño pero he dejado de llamarte.

Te extraño al tocar mi instrumento,
al cantar una triste y solitaria canción
y al jugar una partida de naipes.
Te extraño aunque ya he dejado de anhelarte.

Te extraño en cada abrazo y beso;
en cada burla, ceño y sonrisa;
en toda mirada furtiva y palabra no dicha.
Te extraño aunque ya no te lo diga.

Te extraño cuando te miro de lejos,
cuando siento tu felicidad, sus besos.
Te extraño por los dos.
Te extraño porque tú ya has dejado de hacerlo.

Te extraño acabando mayo.
Cuando abrace otros cuerpos
y eventualmente bese otros labios.
Extrañaré extrañarte cuando al fin deje de llorarte.