Monje.

De rodillas, en el templo escondido
Despues de haber leido el breviario de tu cuerpo
entre oraciones mundanas y encantamientos.

Las blancas ostias que adornaban tu pecho
fueron consumidas en silencio,en calma...
por labios pecadores,los mismos que impudicos
Devoraron roja manzana que tibia colgaba
en las ramas erectas de un arbol encantado.

Un monje que descubrio la curvatura oblicua
de tu cintura hembra, mientras te arrodillabas
callada junto a tu cama y recitabas una plegaria.

Soy yo tu respuesta, tu silencio, tu soledad y alegria
las alas de un angel que rozaba tu niñez
Yo seque aquella lagrima que corria altiva
por tu mejillas sonrosada.

Tu primer palpitar y tu primer beso
fueron tan mios que de aquel
fuiste tu quien me invoco y ahora permanezco
junto a ti.