ENTREGA

ENTREGA

La nostalgia abarca todo.
Deforma las fronteras,
le pone límites a mis libres pies,
a las alas inocentes y arriesgadas.
A la premura y la memoria.
Recuerdo,
como miles de cantos suenan,
sobre la superficie vasta,
como miles de lenguas,
que se entienden y se toleran.
Y no escucho el idioma del adiós,
de la cautela y el perdón,
y me sumerjo hundiendo los pies
en un paisaje marrón y líquido,
que coarta mi alegría.
Llego de golpe con las sombras,
con la noche cerrada y silenciosa.
Y trajo a los días,
contornos desconocidos,
y errantes seres emigrados.
Sufridos rostros anegados.
Así fue un día.
Y de ese tiempo renegado,
quedo en mí el respeto.
la abnegación…
Y la resignación del destino.

Carlos Brid