A mi madrecita.

Madre mía, fuente de amor y abnegación,
eres el pilar de mi vida y mi corazón,
tu amor incondicional y tu entrega sin igual,
son un ejemplo de fortaleza y generosidad sin igual.

Desde niño me cuidaste y me enseñaste,
con paciencia y dedicación, con cariño y voluntad,
me brindaste tus brazos y tu amor inagotable,
y en cada momento difícil me diste tu mano para ayudar.

Tu sabiduría y tu experiencia me guían en el camino,
y tu voz suave y amorosa me acaricia el alma,
tu amor es mi mayor tesoro y mi gran destino,
y en tu presencia encuentro la paz que mi corazón reclama.

Gracias madre mía por todo lo que has hecho por mí,
por ser mi apoyo, mi consuelo, mi guía y mi gran amiga,
eres la mejor madre del mundo y eso es innegable,
te amo con toda mi alma y te lo digo con amor profundo e indeleble.

Madre mía, sé que nunca podré pagar tu amor,
ni demostrarte todo el agradecimiento que siento en mi corazón,
pero quiero que sepas que siempre te llevaré en mi alma,
y que a donde quiera que vayas, siempre te llevaré en mi alma.