Clavel.

Como las aves a su nido al final del día
Como la marea que sube noche a noche
Hasta bañar por completo las costas de mi tierra
Así llego ella

Arrastrada por las frías corrientes
De aquel desolado lago
Pálida, descubierta
Lastimada

Te recogí
Tu belleza era tal que fue inevitable
No tomarte entre mis manos y observarte
Como a una obra de arte

Aunque lo eres
Esa obra de arte de la naturaleza
Que ningún lienzo, de ningún artista
Logrará igualar

Tus pétalos malogrados por el agua
Y tus rasguños de aquella exposición a la intemperie
No restaban belleza a aquella delicada
Pero imponente flor

Vaya suerte la del viajero
Que pasaba por aquel arroyo
Aquella fría tarde
De aquel mes, de aquel invierno

Más que mortal hubiese sido el pecado de no guardar
Aquel clavel que el destino había cruzado en su camino
Aquel clavel rosa, que aunque frágil
Logro resguardar cuidadosamente de los males
Que la hubiesen azotado en aquella soledad infernal

Sin marchitarse, sigue con aquel viajero.
Igual de bella, igual de delicada, igual de sublime y majestuosa
Acompañándolo en la soledad que asecha sus noches
En la tristeza de sus días grises
En la amargura de sus tardes tristes

Vaya suerte la del viajero
Que pasaba por aquel arroyo
Quizá, solo quizá no exista clavel más hermoso
Que el que encontró aquella tarde.

(Imagen tomada por mi, que junto a ella, mi amada.
Fueron la inspiracion para este poema)