Lazos

Entrelazamos cada día nuevas sonrisas con un nuevo amanecer, le dedicamos un suspiro a nuestros ojos al abrirse, regresamos de un sueño agradable y acogedor para recorrer un día incierto y sin temor, manejamos la rutina a la perfección, lo hacemos más por instinto que por razón y es algo que no lo dicta el corazón, el tiempo que gastamos lo pagamos con nuestra propia vida y muchas veces anhelamos una huida a aquel mundo llamado imaginación, que nos inunda de placeres inimaginables que fluyen como caminos viables en donde la pena se disipa y la tristeza se la fuma en una pipa, donde todos tienen lo que anhelan y no lo piensan con desanimo tras una noche en vela, aquel lugar en donde la seguridad personal es un instinto animal, donde los miedos son sólo recuerdos del pasado que te han dejado desgastado, pero todo se esfuma cuando notas que debes caminar en un mundo en el cual una vida se puede comprar, donde vale más tener la mejor milicia que alejar del mundo la malicia, donde tienes que desmejorar tu salud para que tu jefe vaya al mejor club, un mundo donde las carencias intelectuales no son más importantes que las carencias pasionales, donde debes soportar un ambiente social tóxico en el cual no puedes desarrollar tu léxico, soportar el mundo es de valientes, por que aunque todos somos habitantes de este maravilloso lugar aún así debemos pagar para ciertos paisajes apreciar, pero aún así lo que me rodea es mi hogar y no lo voy a desperdiciar por que soy un humano que está hecho para amar y no está obligado a que de su entorno se tenga que alejar, el ambiente será mi cuna y lo apreciaré cuando haya sol o luna, me es indiferente quien actúa con consciencia o con poca sapiencia, seré la filosofía que quiero impartir, y mi ambiente será la sabiduría con la cual cada día podre vivir.